Profesionales y responsables públicos se dan cita en la Real Academia Nacional de Medicina para abordar el aumento del malestar psíquico en menores y jóvenes 

Madrid, 18 de junio de 2025 – En los últimos años, los problemas de salud mental en niños, niñas, adolescentes y jóvenes han mostrado un aumento sostenido, convirtiéndose en una preocupación prioritaria para los sistemas de salud y educación. Trastornos como el Trastorno del Espectro Autista (TEA), el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), así como problemáticas sociales derivadas del malestar emocional —bullying, autolesiones, intentos de suicidio, uso compulsivo de redes— evidencian la necesidad urgente de respuestas integrales y articuladas. 

Frente a este panorama, se vuelve imprescindible fortalecer las estrategias conjuntas entre los ámbitos de salud y educación, promoviendo una mirada interdisciplinaria, preventiva y sostenida a lo largo del desarrollo vital, desde la infancia hasta la adultez. Con ese espíritu, el Observatorio de Salud organizó este martes la jornada ‘Hablemos de Salud Mental: desde la infancia a la edad adulta’, celebrada en la Real Academia Nacional de Medicina con el apoyo de Takeda. 

La cita reunió a expertos clínicos, responsables institucionales y representantes de organizaciones de pacientes en torno a una idea compartida: no se puede hablar de bienestar emocional sin implicar a la comunidad educativa desde el principio. 

La apertura institucional corrió a cargo de José Carlos Fernández, viceconsejero de Política y Organización Educativa de la Comunidad de Madrid, quien defendió el papel esencial de los centros escolares en la detección precoz del malestar psíquico: “El objetivo de esta jornada es hablar de esa estrategia que lidera la Consejería de Sanidad y que se aterriza en los centros educativos, públicos, concertados y de educación especial, donde se trabaja con psiquiatras y profesionales de la salud para atender a los alumnos en aspectos relacionados con la salud mental”. 

 
Fernández Borrero destacó que el abordaje debe hacerse en colaboración con las consejerías de Sanidad, Educación y Políticas Sociales y Familia, y explicó que la Comunidad de Madrid desarrolla una estrategia conjunta desde tres hospitales públicos —Gregorio Marañón, La Paz y el Hospital del Sureste en Arganda— que actúan sobre los centros educativos de sus zonas de influencia. 
“Está teniendo un efecto muy positivo sobre la población infantil. Equipos liderados por psiquiatras, enfermeros y trabajadores sociales se acercan directamente a los colegios para trabajar con el profesorado y los equipos directivos, acercando el mundo de la sanidad a los centros educativos en aquellos casos en los que es necesario”, subrayó.  

 Junto a él intervinieron Celso Arango, académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina y catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid, y Pablo Sierra, Patient Value and Access & Corporate Affairs Head de Takeda, quien destacó: “Esta jornada abre un espacio imprescindible para reflexionar sobre los desafíos de la salud mental desde la infancia a la adultez. La alianza entre expertos, administraciones y pacientes refuerza nuestra convicción de que el bienestar emocional debe ser una prioridad en las políticas públicas. En salud mental, trabajar juntos es el camino”. 

La primera mesa técnica se centró en el abordaje clínico. El Dr. Celso Arango, jefe de Psiquiatría del Niño y Adolescente del Hospital Gregorio Marañón, explicó que los trastornos más frecuentes en la infancia suelen ser los de menor gravedad —ansiedad, trastornos adaptativos o afectivos—, pero advirtió del crecimiento sostenido en los diagnósticos de trastornos del neurodesarrollo como el TEA o el TDAH. “El abordaje debería hacerse desde Atención Primaria, pero hay deficiencias de formación y escasez de profesionales. Aunque se ha incrementado el número de camas hospitalarias, siguen existiendo largas listas de espera en recursos intermedios. Por eso es vital una colaboración real entre sanidad y educación”, señaló. 

Por su parte, el Dr. Javier Quintero, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Infanta Leonor, abordó las diferencias de género en el diagnóstico: “Los niños suelen presentar más trastornos externalizantes como el TDAH o el trastorno negativista desafiante, mientras que en las niñas se detectan más trastornos internalizantes como ansiedad, depresión o TCA. Esto hace que las chicas puedan quedar infra diagnosticadas por presentar síntomas menos visibles o disruptivos”. Quintero añadió que esta brecha está influida por factores biológicos, sociales y culturales, y que “reconocer estas diferencias es clave para mejorar la detección temprana y personalizar la atención”. 

Por su parte, la Dra. Marina Díaz Marsá, del Hospital Clínico San Carlos y presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, abordó los efectos del trauma en la adolescencia, el auge de los trastornos alimentarios y la necesidad de reforzar el papel de las familias en la prevención del suicidio juvenil. Subrayó que “los trastornos de conducta alimentaria y las adicciones son enfermedades mentales con una etiología multifactorial. En su aparición influyen aspectos genéticos, disfunciones neurobiológicas, factores ambientales (acoso, antecedentes traumáticos…), familiares (conflictos, carencias…) y rasgos de personalidad como la impulsividad, el perfeccionismo o la autoexigencia. Los factores sociales son también importantes: el culto a la delgadez afecta a estos adolescentes vulnerables y les hace creer que esta es su tabla de salvación. Porque estos trastornos no son otra cosa que una manera de intentar controlar, bien por las conductas alimentarias o por el consumo de sustancias, un malestar profundo que hay que intentar paliar y tratar”. 

Desde el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, Ester Camprodon compartió el modelo Henka, centrado en la prevención desde los centros educativos: “Este programa representa un cambio de cultura en la respuesta al incremento del malestar emocional entre adolescentes. Es un proyecto vivo que se adapta gracias a las aportaciones de estudiantes, familias y docentes, y que se está escalando gracias a alianzas públicas y privadas”. 

La segunda parte del encuentro dio voz a las administraciones públicas autonómicas. Participaron representantes de cinco comunidades, que compartieron enfoques, retos y avances en la atención a la salud mental en niños y adolescentes: 

  • Bartolomé Pérez Gálvez, director general de Salud Mental de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública de la Generalitat Valenciana. 
  • Almudena Díaz Pereira, subdirectora general de Atención a la Salud Mental del Servizo Galego de Saúde (Sergas), Xunta de Galicia. 
  • Fernando Uribe Ladrón de Cegama, coordinador de la Estrategia de Salud Mental en Castilla y León. 
  • Víctor Pérez Sola, presidente del Consejo Asesor en Salud Mental del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya. 
  • Mercedes Navío Acosta, gerente asistencial de Hospitales del Servicio Madrileño de Salud, Comunidad de Madrid. 

Todos ellos coincidieron en la necesidad de consolidar modelos comunitarios, reforzar la dotación de profesionales especializados y garantizar que la atención llegue de forma ágil y equitativa a todos los territorios, especialmente en la infancia. 

La jornada culminó con la mirada de quienes conviven cada día con esta realidad: las asociaciones de pacientes. Olga Real, presidenta de Fundación Manantial; Maite Urkizu, de Feaadah; y Ruth Vidriales, de la Confederación Autismo España, coincidieron en que el sistema educativo puede ser un agente transformador si cuenta con los apoyos necesarios.   

Urkizu fue especialmente crítica con las barreras estructurales: “Tenemos una ley, protocolos y documentación sobre la atención al alumnado con TDAH, pero su aplicación real depende en exceso de la actitud del profesorado. Hay docentes comprometidos, pero también quienes niegan directamente la existencia del TDAH y se resisten a aplicar las medidas metodológicas necesarias”. Además, denunció que estos alumnos siguen sin ser considerados aptos para acceder a las becas del Ministerio y reclamó “una legislación clara, de obligado cumplimiento, y un trabajo de concienciación social urgente para evitar los riesgos de la no atención”. 

El evento sirvió como un espacio de escucha y compromiso colectivo, y reafirmó la urgencia de tejer una red estable entre salud, educación y tejido social que proteja el bienestar emocional desde los primeros años de vida.